miércoles, 20 de enero de 2016

Introducción a los pueblos eslavos

Es difícil definir los límites geográficos de los pueblos eslavos por varias razones: es el grupo cultural y lingüístico más numeroso de Europa, pero está dividido en muchos subgrupos; se concentran sobre todo en Europa, pero también se extienden hasta la Siberia asiática y, por lo tanto, Europa no es el único escenario donde podemos encontrarlos; por último, sus constantes migraciones nos han obligado a redefinir su situación geográfica a lo largo de la historia.

Presentación y delimitación

Actualmente podríamos dividir los pueblos eslavos en tres grandes grupos: los eslavos occidentales, los orientales y los meridionales. Los occidentales, asentados en la zona rodeada por los ríos Danubio, Vístula, Elba, el mar Báltico y la frontera de Lituania, incluyen a los sorbios, liutiches, pomeranios, checos, moravos, casubios eslovacos, mazovianos, vistulianos, polacos y silesios. Algunos de sus reinos –desde el S.VII– más importantes han sido la Gran Moravia o los países de la Corona Checha.

El grupo oriental, que se expande por las vastas llanuras de las actuales Ucrania y Rusia,  por su parte, está constituido por los radimiches, viatiches, severianos, drevlianos, dregoviches, volinios y los polianos. Formaron, con sus uniones, los pueblos ruso, ucraniano y bielorruso. Por último, los meridionales son los que encontramos en la zona de los Balcanes: eslovenos, búlgaros, macedonios, croatas, serbios, y los eslavos de Albania, y son los que conformaron los actuales estados de Bulgaria, Eslovenia, Serbia, Bosnia, Montenegro y Croacia. En el mapa se pueden observar mejor las fronteras que dividen a estos tres subgrupos:

         Verde claro: eslavos occidentales
       Verde oscuro: eslavos orientales
Negro: eslavos meridionales

Origen histórico

Es importante señalar que entre los S.V y VI dC se produce un punto de inflexión a tener en cuenta en la historia de los pueblos eslavos: a causa de la caída del Imperio Romano y de la llegada de los hunos, varios pueblos de Europa del Este –entre los que encontramos a los germanos, algunos grupos iranios y los eslavos– tuvieron que movilizarse e instalarse en otras zonas. Los eslavos se desplazaron por todo el continente europeo –véase mapa–, y se mezclaron con otros grupos para dar lugar a la formación de estados modernos.

No obstante, la historia de los pueblos eslavos se remonta a antes de Cristo, pero empiezan a emerger con más fuerza a partir del S.I dC. Ocupaban la zona del norte de los Cárpatos, en Europa Oriental. Las primeras referencias a su génesis las encontramos en Plinio el Viejo, Ptolomeo y Tácito, entre el I aC y el IdC.  Antes de la era cristiana existía una rama que actualmente se denomina balto-eslavo-germánica. Más tarde, los baltos y los eslavos se separaron de sus hermanos germánicos, y los eslavos se desplazaron hacia el Sureste.


Hacia el año 150 empezaron a invadir nuevas tierras, pero se encontraron con numerosos problemas: hacia el sur, su paso se vio afectado por el Imperio Romano; en el Oeste se toparon con los germanos y los celtas; por el Noreste consiguieron entrar en la actual Rusia, y en el Este se mezclaron con los escitas, los sármatas, los alanos y los godos. Más adelante, entre los S.V y VI, se produciría la gran migración eslava que ya hemos comentado.